El concepto de estilo industrial, antiguamente asociado a un loft gris, con ladrillo visto, vigas de hierro y decoración fabril ya está obsoleto. Hoy se estila otro criterio, mucho más contemporáneo, cuidado e, incluso, blanco. Hoy seleccionamos 4 viviendas y 4 oficinas que abanderan esta nueva ola.
NOMOS Arquitectos ha transformado un antiguo taller mecánico en un moderno hogar. El viejo local es ahora una vivienda con estancias conectadas entre sí, sin necesidad de pasillos. Se conforma a partir de dos espacios centrales: la cocina y el comedor. Ambos conservan la esencia de su pasado gracias a los revestimientos y acabados de apariencia cruda y tosca.
El estudio barcelonés ha convertido un antiguo almacén de Poblenou en una vivienda de 120 m2 donde impera el color blanco nuclear. Es tan reluciente que una casi puede reflejarse hasta en el suelo.
Seguimos en Poblenou, el barrio fabril por excelencia de Barcelona. En este caso, son los arquitectos Manu Pagés y Víctor Lacima quienes firman el proyecto. Se trata de un espacio delimitado mediante una estructura metálica de color blanco y cajas de madera.
Dos patios conforman la reforma de esta antiguo lavadero reconvertido en vivienda por el estudio catalán Crü. Los arquitectos mantuvieron el espíritu industrial y social del local conservando elementos existentes como el ladrillo visto. Lo combinaron con techos colaborantes nuevos, cerchas y perfiles metálicos. Es un homenaje a lo inacabado.
Un proyecto de Cosy Barcelona. El estudio ha aportado gran personalidad a las nuevas oficinas de la productora audiovisual con un mix de cerchas metálicas y pavimiento de hormigón pulido, grafitis y colores vivos estilo arte urbano.
En el barrio de Gracia, en un antiguo edificio industrial, encontramos las nuevas oficinas-workspace de la agencia creativa Fuego Camina Conmigo. Isern Serra, su interiorista, decidió conservar la estructura metálica, los grandes ventanales a tres fachadas y un amplio contenedor vacío de forma rectangular. Todo el mobiliario de la oficina es de Sancal y juega un doble papel decorativo y expositivo.
La filial española de Vitra ha trasladado su sede del Born a Poblenou. Ahora se encuentra en la antigua fábrica de galletas y chocolates Solsona i Rius, reformada a modo de coworking por la interiorista Syke Maunsell y el diseñador Jordi Veciana. Aquí el estilo industrial convive con piezas emblemáticas de la marca suiza.
Arquitectura-G y Folch han hecho de esta antigua fábrica del 22@ un espacio cultural y creativo. No son solo oficinas, sino un lugar para la innovación donde se monta de todo. El color blanco y las superficies crudas son el hilo conductor.
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